Ropa
según el clima:
Bruselas
es una ciudad muy lluviosa, y si llueve, suele hacerlo de manera muy sutil, por
lo que no hay que dudar en coger algún chubasquero o algo para
protegernos de la lluvia. Sin embargo, lo que sí que es, es una ciudad muy
nubosa y húmeda, por lo que hay que ir muy abrigado con guantes, bufanda,
gorro, jersey… En invierno hay muy poca luz solar, por las nubes y por la
propia estación, esto le da un carácter triste en esta estación. Cuando sale el
sol la ciudad cambia completamente de ambiente, color y parece otra ya que la
gente sale a la calle a aprovechar. Puede llegar a nevar, pero en pocas
ocasiones. Notaréis el frío intenso cuando las temperaturas bajen de 8 grados.
Si la temperatura es superior a 10 grados, con una chaqueta y un jersey
tendréis bastante para moveros sin problemas y en condiciones normales. En
verano, se puede llevar ropa ligera, pero sería bueno llevar algún jersey, ya
que por las noches refresca.
Transporte público:
En cuanto a los medios de transporte,
Bruselas cuenta con la ventaja de una extensión relativamente pequeña, aunque
hay ocasiones en las que es necesario utilizar el transporte público: tiene una
red de tranvías, de metro y de autobús urbano que funcionan bastante bien,
y para los cuales existen bonos mensuales, con descuento para menores de
26.
Manejarse en el interior de Bruselas:
Para viajar a bajo coste, existe un
abono de transporte público para moverme
por la ciudad. Con este abono podía viajar durante su vigencia mensual, en
metro, autobús y tranvía. Se puede conseguir presentando una foto de
carné y documento de identidad en alguna de las estaciones de metro de la
ciudad, debiendo renovarlo en los primeros días de cada mes.
Para
moverse por Bélgica:
Para los jóvenes hasta 26 años de edad,
existe un abono “Go pass”, que no es nominativo, para viajar en tren que
cuesta 45 euros para 10 viajes cualquier día de la semana y sin límite de
horarios, dentro de la frontera de Bélgica.
Los autobuses urbanos funcionan hasta las 23 h. En el caso de los trenes,
empiezan a funcionar a las 4.30 h. y terminan a las 22.30 h. Tenemos que tener
en cuenta que los taxis son bastante caros.
En el metro, todas las personas compran
su tickets aunque no haya barreras a la entrada ni a la salida, o también para
las personas que más les convengan pueden sacarse un bono, el cual sale más
económico. Suele haber controles aleatorios.
Conducción:
La red de autopistas y carreteras es muy
buena, y todas ellas están iluminadas durante la noche. Se conduce por la
derecha, y si se viaja en coche propio deberá ir documentado con la tarjeta
verde internacional, así como de un seguro de accidente. Hay que fijarse bien
en las señales, ya que dependiendo de la región por la que conduzcamos, éstas
están en francés, flamenco o neerlandés. Muchas de las carreteras tienen
radares ocultos. La mayoría de intersecciones no tienen señalización, y
eso significa que tiene prioridad el que viene por la derecha, incluso si está
un semáforo verde para girar a la izquierda, hay que ceder el paso a los que os
vengan por la derecha.
Seguridad:
Bruselas es conocida por sus frecuentes
hurtos a turistas. Hay que vigilar siempre los bolsos y cosas, sobre todo
cuando viajéis en transporte público, o en sitios muy concurridos. Los
carteristas son una lacra común en estos lugares. Un turista despistado suele
ser su mejor presa, especialmente en Charleroi o en las estaciones de Midi
y Nord. Hay que evitar zonas y calles oscuras donde haya poca gente, sobre
todo en los barrios más conflictivos. Según el Ministerio de Asuntos
Exteriores, también es recomendable evitar el barrio de Schaerbeek de Bruselas,
así como la Plaza Josaphat y la Rue Brabant y sus aledaños.
Horario comercial:
En las grandes ciudades el horario
comercial suele ser de lunes a sábado de 10 a 18 ó 19 h., de forma
continuada. En poblaciones más pequeñas se acostumbra a cerrar una hora para
comer sobre las 13 h. Los bancos trabajan de lunes a viernes de 9
a 14 h. y también cierran una hora para comer. Las oficinas de correos
abren también de lunes a viernes, de 9 a 12.00 h. y de 14
a 17 h. En cuanto a los restaurantes, se aconseja ir aproximadamente dos
horas antes de lo que acostumbramos en España, ya que los belgas comen entre
las 12 y 14 h. y cenan entre las 18 y las 20.30 h.
Compras:
En Bruselas encontraremos un magnífico
chocolate, bombones, así como encajes y artículos de cristal, estaño y
diamantes.
Los mercados forman parte de la vida
cotidiana de sus habitantes y hacen las delicias de los turistas. Originalidad,
ambiente, perfumes, bagatelas... Precisamente entre los tenderetes es donde se
percibe el alma más autentica de Bruselas. Una de las citas fijas del sábado y
del domingo es el mercado de anticuarios del sablon, donde se
pueden encontrar piezas de porcelana antigua, distintos tipos de objetos de
plata, complementos de decoración rococó y muchos otros objetos muy buscados.
Se celebra en cambio todos los días el rastro de los marolles,
place du jeu de balle, uno de los barrios más populares y pintorescos de la
capital. Ya al amanecer los comerciantes empiezan a preparar sus puestos con
todo tipo de objetos: teléfonos antiguos, camas de hierro forjado, muebles y objetos
de decoración. A su alrededor, en las calles abundan ropavejeros, anticuarios y
bazares. También, los miércoles por la tarde no se pierda el mercado
del Châtelain, barrio chic de la ciudad alta.
Vida
nocturna:
Se
podría decir que Bruselas nunca duerme. También de noche, en efecto, conserva
intacto su aspecto de ciudad atractiva, alegre y al día. Durante las horas
nocturnas la vida transcurre hasta el alba regalando a los noctámbulos veladas
inolvidables caracterizadas por la fiesta, la alegría y a menudo también la
excentricidad. La oferta de locales más trendy, románticos o incluso
transgresores donde escuchar música o bailar hasta las primeras luces de la
mañana es amplísima, y muchos barrios en los que por el día triunfan las
compras o la cultura, por la noche desvelan su cara más secreta. Es el caso,
por ejemplo, de las callejuelas alrededor del Teatro real de la
Monnaie, como Rue de l’Ecuyère y Rue Fossé aux Loups, o las de alrededor de
la Grand Place, en pleno centro histórico. No obstante, la referencia
clásica para los noctámbulos más empedernidos sigue siendo el excéntrico barrio
de Saint-Géry/Dansaert, cuna de las últimas tendencias de la moda y del diseño,
pero también auténtica mina de locales de todo tipo que no cierran nunca antes
del amanecer.
Hospitales:
Las instalaciones hospitalarias del país
gozan de una gran calidad, pero siempre es recomendable portar la Tarjeta
Sanitaria Europea, para ser atendidos sin problema, en cualquier hospital
del país.
Cajeros
automáticos:
Bruselas
cuenta con poquísimos cajeros, incluso en las estaciones o en los aeropuertos,
apenas hay. Hay que llevar bastante efectivo ya de casa. Además, debéis saber
que al contrario que en España, los cajeros suelen estar pensados para los
clientes del banco en cuestión, y no todos aceptan tarjetas de crédito de otros
bancos.
Teléfono móvil:
Belgacom Mobile y Moviestar son las dos
empresas que tienen acuerdo de roaming con las operadoras españolas. Por ello,
a través de este servicio se podrán recibir y realizar llamadas. Es
aconsejable, avisar a su operador antes de viajar al país europeo.
Propinas:
En la mayoría de los restaurantes,
hoteles e incluso taxis, la propina está incluida en la factura, siendo un 16 %
del total en concepto de servicios. De cualquier forma, y si no está incluida
se aconseja dar propina, siempre y cuando esté satisfecho con el servicio
recibido.
Normas de comportamiento:
Los belgas suelen realizar numerosos
saludos y dar las gracias por todo. El silencio es muy valorado, por lo que no
conviene gritar ni hablar muy alto en sitios públicos. En general, es una
sociedad muy tradicional.
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